Perder a un ser querido nunca es fácil, y el dolor puede agravarse si su muerte fue causada por la negligencia o la mala conducta de otra persona. En tales casos, los familiares supervivientes pueden interponer una demanda por homicidio culposo. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando el fallecido nunca tuvo trabajo? ¿Se puede interponer una demanda por homicidio culposo?
Esta es una pregunta que se hace mucha gente, y es comprensible. Al fin y al cabo, las indemnizaciones por homicidio culposo suelen basarse en los salarios perdidos y el potencial de ingresos futuros de la víctima.
Pero, ¿y si la persona fallecida nunca trabajó ni obtuvo ingresos? ¿Significa eso que su familia no tiene derecho a indemnización por su pérdida?
Aunque el difunto nunca haya tenido un empleo, puede haber contribuido de alguna otra forma a la familia. Un buen ejemplo de ello es el ama de casa, que presta servicios, orientación y cuidados a su familia. Estas contribuciones son cuantificables como "pérdidas pecuniarias" en una acción por homicidio culposo.
En esta entrada del blog exploraremos en profundidad la respuesta a esta pregunta.
Examinaremos los requisitos legales para interponer una demanda por homicidio culposo, analizaremos cómo la falta de trabajo puede afectar a los daños y perjuicios concedidos en un acuerdo y ofreceremos algunas orientaciones sobre cómo navegar por este complejo terreno legal.
¿Qué es una acción por homicidio culposo?
Una acción por homicidio culposo es un tipo de demanda que interponen los familiares supervivientes de una persona que ha fallecido como consecuencia de un acto ilícito o negligencia de otra persona.
La finalidad de la demanda es indemnizar a los familiares supervivientes por sus pérdidas, que pueden incluir tanto daños económicos como no económicos.
¿Qué pérdidas económicas existen?
Cuando fallece una persona, sus familiares supervivientes pueden sufrir diversas pérdidas económicas. Por ejemplo, si la persona fallecida era el principal sostén de la familia, los familiares supervivientes pueden sufrir una pérdida de ingresos. Sin embargo, incluso si la persona fallecida no tenía trabajo, puede haber contribuido a la familia de otras formas que pueden cuantificarse como pérdidas económicas.
Un buen ejemplo de este tipo de persona es un ama de casa. Un ama de casa puede no haber tenido un trabajo fuera del hogar, pero puede haber prestado valiosos servicios, orientación y cuidado a su familia. Estas contribuciones son tan importantes como las financieras y pueden cuantificarse como pérdidas económicas en una acción por homicidio culposo.
Algunas de las pérdidas económicas que pueden recuperarse en una acción por homicidio culposo de un ama de casa pueden incluir el valor de los servicios que prestó a la familia.
Por ejemplo, si el ama de casa se encargaba de cocinar, limpiar y criar a los hijos, es posible que la familia tenga que contratar a alguien para que realice estos servicios ahora que ella ya no está. El coste de contratar a alguien para realizar estos servicios puede incluirse en los daños y perjuicios concedidos en la demanda por homicidio culposo.
Además del valor de los servicios prestados por el ama de casa, los familiares supervivientes también pueden tener derecho a recuperar el valor de la orientación y la crianza que el ama de casa les proporcionaba. Por ejemplo, si el ama de casa proporcionaba apoyo emocional y orientación a sus hijos, éstos pueden sufrir angustia emocional y otros daños psicológicos como consecuencia de su muerte. Estos daños también pueden incluirse en la indemnización concedida en la acción por homicidio culposo.
Es importante señalar que las indemnizaciones concedidas en una acción por homicidio culposo pueden variar en función de las circunstancias específicas del caso. La indemnización por daños y perjuicios puede incluir compensación por gastos médicos, gastos funerarios, pérdida de ingresos y otras pérdidas económicas, así como compensación por pérdidas no económicas como angustia emocional y pérdida de compañía.
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