Un profesor de instituto jubilado y residente desde hace muchos años en la zona rural del condado de Sonoma cruzaba a pie la carretera escolar de Franz Valley para recoger su periódico matutino del buzón situado junto a la carretera, frente a la entrada de su residencia. Fue atropellado por un todoterreno Cadillac cuando se encontraba en la calzada.

El sol de la mañana creó una deficiencia visual para la conductora que circulaba en dirección este, pero no hubo indicios de que redujera la velocidad ni de que tuviera en cuenta de otro modo la deficiencia. Debido a la gravedad de sus lesiones, los primeros en responder, los Bomberos de Calistoga, solicitaron una evacuación aérea al Santa Rosa Memorial Hospital. Diez horas más tarde, en el hospital, sin haber recuperado el conocimiento, el peatón sucumbió a sus heridas.

El accidente fue investigado por la CHP, cuyo informe se basó casi exclusivamente en la declaración del conductor del todoterreno y en algunas pruebas físicas halladas en el lugar del accidente. El informe de la CHP concluyó que el fallecido fue la única causa del accidente, ya que era un peatón en una calzada fuera de un paso de peatones señalizado.

Hechos

Los tres hijos adultos del fallecido contrataron a GJEL Accident Attorneys para presentar una demanda contra el conductor del todoterreno por la muerte por negligencia de su padre. A pesar de que el informe del accidente colocó la responsabilidad exclusiva en el difunto, el abogado Andy Gillin llevó a cabo una extensa investigación que desarrolló pruebas convincentes que contradicen la conclusión en el informe del accidente:
el conductor había vivido en la zona durante varios años y estaba familiarizado con la carretera y con los problemas visuales que el sol de la mañana causaba a los conductores que se dirigían hacia el este; un residente de toda la vida de la zona testificó con rotundidad que el fallecido cruzaba la carretera en ese lugar todas las mañanas, era consciente del peligro visual para el tráfico rodado y no se habría colocado en la trayectoria de un coche que circulara en sentido contrario.
Además, en el tramo de la carretera rural del condado donde se produjo el accidente, y a lo largo de varios kilómetros en ambas direcciones, no había pasos de peatones señalizados.

La aseguradora del conductor, State Farm, rechazó inicialmente cualquier reclamación de responsabilidad de su asegurado, basándose en la inequívoca conclusión del informe de la CHP.

La credibilidad de las declaraciones de los testigos y la incoherencia de las declaraciones de la conductora (que dijo a la CHP que nunca vio al peatón en la calzada antes de la colisión, pero que dijo al investigador del GJEL que lo vio una fracción de segundo antes del impacto) ayudaron a los abogados del GJEL a convencer a State Farm de que reconociera la considerable exposición a la responsabilidad de la conductora. State Farm ofreció a nuestros clientes el límite de la póliza como solución a su reclamación, pero condicionada a la aceptación por parte de nuestros clientes de la responsabilidad financiera de cualquier gravamen de Medicare.

El análisis jurídico y la posterior negociación por parte de los abogados de GJEL Andy Gillin y Ralph Jacobson establecieron que nuestros clientes no eran responsables de ningún pago de Medicare porque su reclamación no era derivada de las lesiones de su padre. Más bien, fue la negligencia del conductor la que causó las condiciones que hicieron necesaria la administración de los servicios de Medicare, por lo que era el conductor quien debía aceptar esa responsabilidad. State Farm y el abogado personal del conductor aceptaron ese argumento y aconsejaron al conductor que lo aceptara. Esta protección contractual de nuestros clientes frente a una reclamación de reembolso de Medicare les permitió maximizar su recuperación por la muerte por negligencia de su padre.

Foto del autor

Andy Gillin se licenció en la Universidad de California en Berkeley y se licenció en Derecho en la Universidad de Chicago. Es el socio gerente de GJEL Accident Attorneys y ha escrito y dado conferencias en el campo de la ley de lesiones personales de los demandantes para numerosas organizaciones. Desde 1972 ha estado ayudando a las víctimas gravemente heridas en todo el norte de California luchar y ganar sus casos de lesiones personales. Andy es uno de los abogados más premiados y reconocidos por homicidio culposo en el norte de California.