Si ha viajado recientemente por la I-80 en el este de la bahía, es posible que haya observado la nueva señalización electrónica y las luces de medición. Caltrans está dando los últimos retoques al proyecto del Corredor Inteligente de la I-80, un nuevo enfoque para gestionar la congestión del tráfico en uno de los peores corredores de la región. El proyecto Smart Corridor utiliza un sofisticado enfoque de Sistemas Inteligentes de Transporte para la gestión de la congestión: pretende optimizar el funcionamiento de las carreteras de la I-80 entre el puente Carquinez y el puente de la Bahía para aumentar la seguridad, mejorar la fiabilidad y reducir las colisiones. Sin embargo, el enfoque inteligente del proyecto para hacer frente a la congestión es fatalmente defectuoso en su enfoque de San Pablo Avenue, donde afectará negativamente a las personas que caminan y andan en bicicleta.
El Corredor Inteligente incluye cinco componentes:
- La medición adaptativa de rampas gestiona en tiempo real el flujo de tráfico hacia y a lo largo de la I-80, haciendo más segura la incorporación de los conductores a la interestatal. Los medidores de rampa están coordinados y pueden ajustar la velocidad a la que dejan pasar el tráfico, aliviando las retenciones en las calles locales.
- La gestión de incidentes proporciona información en tiempo real a los automovilistas en caso de incidente para reducir los cambios inesperados de carril, facilitar el acceso de los vehículos de respuesta a emergencias y reducir las colisiones secundarias y la congestión asociada a dichas colisiones.
- Las mejoras en San Pablo Avenue y las arterias transversales incluyen señales "Trailblazer" para indicar a los conductores que se desvían alrededor de una colisión cuándo deben volver a la interestatal, y mejoras en la sincronización de las señales para mejorar el flujo de tráfico y el funcionamiento de los autobuses en San Pablo Avenue.
- Los paneles de información sobre el tráfico informan a los conductores sobre las condiciones del tráfico y los tiempos de viaje previstos.
- La integración de la información de las carreteras interestatales y las arterias locales en un sistema regional facilita la gestión y coordinación del tráfico a lo largo de la I-80 y la avenida San Pablo en tiempo real.
Las mejoras a lo largo de la I-80 merecen la pena y son coherentes con las mejores prácticas de otras regiones, pero la inclusión de la avenida San Pablo merece un análisis más detallado. El corredor inteligente de la I-80 utiliza la avenida San Pablo como válvula de alivio de la I-80, priorizando el movimiento del tráfico desviado de la autopista a través del corredor. Caltrans ha adaptado los semáforos para prestar un mejor servicio a los conductores mediante la priorización de señales, luces verdes más largas y señales de orientación "Trailblazer". En caso de atasco en la I-80, los conductores pueden salir a la avenida San Pablo y atravesar el corredor con prioridad en cada intersección.
Aunque el alivio de la congestión parece una idea ganadora, los peatones y ciclistas salen perdiendo con el proyecto. Al dar prioridad al paso de coches por el corredor, las personas que crucen la avenida San Pablo a pie o en bicicleta se enfrentarán a mayores retrasos en los cruces señalizados y a conflictos más peligrosos en los cruces no señalizados. El presupuesto del proyecto, de 79 millones de dólares, no prevé fondos para mitigar ninguno de sus efectos adversos asociados al hecho de animar a la gente a conducir por la avenida San Pablo.
Para las ciudades de Richmond, El Cerrito, Albany, Berkeley, Emeryville y Oakland, la avenida San Pablo no es una válvula de alivio del tráfico de la autopista, sino un importante pero peligroso corredor comercial y de tránsito. Para hacer frente a los principales problemas de seguridad de San Pablo Avenue y promover la revitalización económica, ciudades como El Cerrito están aplicando un enfoque centrado en las personas que incluye mejoras de seguridad para peatones y ciclistas con el fin de convertirla en una calle más habitable. Por el contrario, añadir más coches a la avenida San Pablo agravará los problemas de seguridad que plantea para los peatones y ciclistas y reforzará su papel de barrera entre comunidades.