En el último año, el gigante de Internet Google ha estado más cerca de desarrollar un coche que se conduce solo. La empresa, que ha supervisado siete coches que han recorrido más de 140.000 millas, afirma que estos vehículos podrían mejorar la seguridad vial al quitarla de las manos de los conductores. Pero la idea podría plantear una serie de cuestiones relacionadas con la seguridad y la responsabilidad en caso de accidente de tráfico.
Muchos defensores de la seguridad no pueden evitar pensar que la idea suena peligrosa. Como informa el New York Times, "el coche puede programarse para diferentes personalidades de conducción: desde cauteloso, en el que es más probable que ceda el paso a otro coche, hasta agresivo, en el que es más probable que vaya primero". ¿Qué ocurre, por ejemplo, si varios vehículos se programan como agresivos? La carga de demostrar que esos vehículos pueden razonar como humanos con seguridad recae en Google y otros que intentan desarrollar esa tecnología futurista.
También es destacable que este tipo de coches tienen más éxito en ausencia de imprevistos. En el coche de Google descrito, el conductor podía pulsar un botón rojo y tocar los frenos para recuperar el control del vehículo, cosa que hizo dos veces durante la demostración para el periodista del Times. Pero el control por ordenador tiene el potencial de hacer que los conductores se sientan cómodos prestando menos atención a la carretera, lo que significa que no detectarían esos imprevistos.
Luego está la cuestión de la responsabilidad en caso de accidente de tráfico. Como se pregunta el Times, "en caso de accidente, ¿quién sería responsable: la persona al volante o el fabricante del software?".
"La tecnología va por delante de la ley en muchos aspectos", afirma Bernard Lu, del Departamento de Vehículos de Motor de California. "Si nos fijamos en el código de vehículos, hay docenas de leyes relativas al conductor de un vehículo, y todas presuponen que hay un ser humano manejando el vehículo".
Pero incluso más allá de la cuestión de la responsabilidad, me preocupa que dar un impulso a los vehículos controlados por ordenador pueda ir en contra de los esfuerzos por frenar la conducción distraída. Los comentarios del Dr. Sebastian Thrun, el "cerebro" del proyecto, son poco alentadores. "¿Podemos enviar el doble de mensajes de texto mientras conducimos sin sentirnos culpables? "Sí, podemos, si los coches se conducen solos".
Siempre estoy a favor de las soluciones tecnológicas para hacer más segura la conducción. Pero el proyecto de Google debería tener cuidado de recordar a los conductores sus responsabilidades en la carretera. En lo que se refiere a la conducción distraída, que el año pasado causó más de 6.000 muertos y casi medio millón de heridos, prefiero que la gente se centre en dejar de usar el teléfono en lugar de buscar excusas para usarlo más.
Crédito de la foto: Racum