Hace poco hablamos de cómo en Nueva York existe una discrepancia entre la número de ciclistas muertos en la ciudad y de detenciones practicadas. La ciudad no sabe muy bien cómo gestionar las colisiones entre vehículos y bicicletas y se resiste a señalar a nadie. Ahora parece que San Diego está adoptando una postura similar. A la luz de cinco colisiones en las que murieron o resultaron heridos ciclistas y de las preguntas en torno a si se presentaron los cargos pertinentes contra los conductores implicados en los accidentes, el teniente de la División de Tráfico de San Diego, Rick O'Hanlon, declaró que "no es decisión del departamento de policía presentar cargos. Incluso si hacemos un arresto con custodia, el Fiscal de la Ciudad tiene dentro de su latitud desestimar los cargos".
De los cinco accidentes entre ciclistas y conductores, dos fallecieron. Uno fue "embestido", lo que significa que el ciclista fue arrollado por un conductor que no vio al ciclista y abrió su puerta en el momento exacto en que el ciclista llegaba al vehículo, haciendo que el ciclista chocara contra la puerta. El otro ciclista fue atropellado por tres vehículos, y la conductora del primero alegó que no había visto a la víctima porque el resplandor del sol la había cegado. Los otros tres ciclistas que sufrieron lesiones son una niña de 10 años que fue atropellada por una furgoneta que giró a la izquierda en su derecho de paso, un ciclista que fue atropellado por detrás por una mujer de 76 años que supuestamente se metió en el carril bici para evitar ser atropellada por un camión, y otro ciclista que fue atropellado por detrás por un todoterreno.
El problema con este tipo de accidentes es que a pesar de que son graves por naturaleza, por lo general a menos que la intención, malicia, negligencia grave, o abuso de sustancias estuvo involucrado, la policía no lo ven como un asunto criminal. La mayoría de los accidentes de coche con otros coches no resultan en cargos criminales, sólo violaciones de tráfico, y los accidentes entre ciclistas y vehículos no son tratados de manera diferente. La única gran diferencia, por supuesto, es que los ciclistas corren un riesgo mucho mayor de sufrir lesiones graves o morir en caso de accidente con un vehículo. El castigo, sin embargo, probablemente no vendrá de ningún cargo criminal a menos que haya pruebas de que el conductor que le golpeó estaba tratando intencionalmente de atropellarle o causarle daño. En la mayoría de los casos, los ciclistas reciben la retribución a través de demandas civiles.
La cuestión más importante no es cómo se gestionan estos accidentes, sino tratar de evitarlos desde el principio. A medida que aumenta la popularidad del ciclismo, es importante que conductores y ciclistas coexistan en armonía y respeto, en lugar de que un grupo sea ciego o ignorante del otro. La concienciación y el respeto mutuos contribuirán en gran medida a evitar que se produzcan accidentes terribles.
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