Desde 2003, la empresa energética californiana Pacific Gas & Electric ha aumentado la presión de los gasoductos casi una docena de veces, informa el San Francisco Chronicle. PG&E afirma que esta práctica sólo tiene fines de prueba, pero a los expertos en seguridad les preocupa que, en el caso de la catástrofe de septiembre, la presión se haya disparado. Explosión del oleoducto de San BrunoSegún los expertos, los picos programados pueden haber debilitado las líneas de transmisión, haciendo más probable un accidente de este tipo. Si este es el caso, dicen, los otros 10 oleoductos que experimentaron picos en los últimos 8 años podrían ser vulnerables a explosiones de oleoductos similares.
La tubería de San Bruno que explotó en septiembre, causando ocho muertos y 50 heridos, funcionaba habitualmente a una presión de 375 libras por pulgada cuadrada, pero PG&E aumentó esa presión a 400 libras -el límite federal- durante los periodos de prueba en diciembre de 2003 y de nuevo en 2008. "Es una grave irresponsabilidad exponer a los contribuyentes a ese tipo de riesgo", dijo Jackie Speier, representante del barrio de San Bruno que sufrió la explosión. "Todo esto se está tomando muy en serio".
"Es una forma de pensar tan retrógrada que no se podría pensar que alguien fuera tan imprudente", afirmó Richard Kuprewicz, experto en seguridad de oleoductos y gasoductos con sede en Washington. "La intención general del programa (federal de inspección) era que no hay que buscar lagunas". En los meses transcurridos desde la explosión, PG&E también ha sido acusada de ignorar las normas de seguridad, llevar registros defectuosos y ocultar información relevante.
Últimamente, los reguladores estatales y federales han intensificado su escrutinio de PG&E. La semana pasada, por ejemplo, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte dio a la agencia siete sugerencias importantes para mejorar la seguridad de las tuberías, incluida la eliminación de los "problemas de mantenimiento de registros" de PG&E que han dado lugar a ajustes de presión "potencialmente inseguros". Y en las próximas semanas, se espera que la Comisión de Servicios Públicos de California exija a PG&E más pruebas sobre la seguridad de las tuberías, una medida que podría afectar al suministro de energía y costar millones a la agencia.
Crédito de la foto: Rennett Stowe