Cuando los medios de comunicación informaron de cuatro muertos en los días posteriores al trágico Explosión de una tubería de PG&E en San Bruno...los observadores de California y de todo el país esperaban que la cifra no siguiera aumentando. Desgraciadamente, esta semana ha fallecido James Emil Franco, la octava víctima de la explosión de PG&E. Franco, de 58 años, se encontraba en su habitación a 60 metros de la explosión cuando ésta se produjo.
Con ocho muertos, más de 50 heridos y más de 40 casas destruidas, es importante que el gobierno promulgue leyes más estrictas que obliguen a las empresas de servicios públicos a ser más conscientes de la seguridad. De lo contrario, estos accidentes se repetirán una y otra vez. En la última década se han producido numerosas explosiones peligrosas de oleoductos, incluida la explosión del oleoducto de Walnut Creek en 2004, en la que murieron cinco personas y que dio lugar a importantes demandas judiciales, litigadas en parte por los abogados de GJEL Jim Larsen y Luke Ellis.
Afortunadamente, los gobiernos estatal y nacional ya están tomando medidas para evitar futuras explosiones mortales de oleoductos. En una audiencia celebrada el martes, las senadoras Barbara Boxer y Dianne Feinstein se unieron para criticar la supervisión de la empresa antes de la explosión y los intentos de contenerla después. Boxer también solicitó la inspección inmediata de 3.600 millas de tuberías de California, seguida de la creación de válvulas automáticas para controlar mejor las tuberías en zonas pobladas.
Tal como están las cosas, dijo Feinstein en la audiencia, "cada inspector es responsable de más de 2.000 millas de tuberías. Esa es la distancia de San Francisco a Chicago". Boxer añadió: "Ahora está sobre nuestros hombros colectivos después de lo ocurrido. Hemos sido advertidos".
El Departamento de Transportes también se ha comprometido a aumentar sus procedimientos de seguridad para los gasoductos de California y de todo el país. A principios de este mes, el DOT propuso aumentar de un millón de dólares a 2,5 millones de dólares la multa máxima por infracciones que impliquen muertes o daños medioambientales importantes y añadir 40 reguladores al DOT en los próximos cinco años.
Esperemos que estos cambios se produzcan rápidamente, para que la amenaza de futuras explosiones, que dejaron Franco y otras siete personas muertas este mes, esté menos presente. Como siempre, nuestros pensamientos están con las familias y los residentes de San Bruno.
Crédito de la foto: smi23le