En un informe único publicado la semana pasada, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carretera anunció que el número de conductores heridos mortalmente en accidentes de tráfico que dieron positivo en las pruebas de consumo de drogas ha aumentado más de un 40% en los últimos cinco años. El año pasado, el número de conductores que dieron positivo en las pruebas de consumo de drogas ascendió al 33% de los fallecidos, según el informe. Aquí, en California, los resultados son mejores, ya que el 23% de los conductores con accidentes mortales dieron positivo en las pruebas de consumo de drogas. Aunque la NHTSA no sugiere nuevas leyes concretas basadas en sus conclusiones, éstas podrían llevar a los estados a reforzar sus leyes sobre consumo de drogas y conducción, como ya han hecho en los últimos años. conducir ebrio.
A pesar de las conclusiones de este informe, aún no se ha demostrado que los consumidores de drogas que no están bajo los efectos mientras conducen sean intrínsecamente más peligrosos al volante que los que no consumen drogas. La NHTSA incluso aclara que "la implicación de drogas no significa que el conductor estuviera afectado o que el consumo de drogas fuera la causa del accidente". El consumo de drogas puede significar cualquier cosa, desde alucinógenos hasta medicamentos recetados que se tomaron semanas antes del accidente o el mismo día. Pero los nuevos resultados plantean una cuestión importante que probablemente será objeto de nuevas investigaciones sobre el impacto a largo plazo del consumo habitual de drogas en los conductores.
"Cada conductor en la carretera tiene la responsabilidad personal de conducir su vehículo con plena atención y sin compromisos en la tarea de conducir", dijo el administrador de la NHTSA, David Strickland, en un comunicado de prensa. "El informe de hoy proporciona una señal de advertencia de que demasiados estadounidenses están conduciendo después de haber tomado drogas, sin darse cuenta del potencial de ponerse a sí mismos y a otros en la carretera en riesgo."
Diecisiete estados, entre los que no se encuentra California, cuentan con leyes especiales diseñadas para abordar el problema de la conducción y el consumo de drogas. Pero Strickland advierte que hasta que más estados promulguen leyes de este tipo, los individuos deben asumir la responsabilidad de evitar conducir bajo los efectos de las drogas. "Aunque está claro que la ciencia y las políticas estatales relativas a las drogas y la conducción están evolucionando, un hecho es indiscutible", dijo. "Si estás tomando alguna droga que pueda mermar tu capacidad para conducir con seguridad, debes poner por delante el sentido común y la precaución, y entregar las llaves a otra persona".
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