Es cierto: la regulación no suele ser buena para las empresas. La industria alimentaria estadounidense sufrió sin duda un duro golpe cuando el gobierno decidió analizar los productos para detectar venenos antes de que llegaran a las tiendas. Pero aceptamos esas normas porque sabemos que es lo mejor para la seguridad pública. La semana pasada, el New York Times DePuy Orthopedics y sus implantes de cadera defectuosos en un informe sobre empresas de dispositivos médicos que critican cada vez más la regulación gubernamental de sus productos. Estas empresas afirman que la regulación estadounidense hará que el sector se quede rezagado con respecto a naciones con leyes más laxas, sin apenas mencionar los peligrosos efectos secundarios asociados a una menor regulación.
Algunas empresas, como Biosensors International, ya han empezado a enviar sus negocios al extranjero, alegando un clima de regulación más fácil. "Decidimos, vamos a gastar nuestro dinero en China, Brasil, India, Europa", dijo Jeffery Jump, jefe de Biosensors en Suiza. Entre otros inconvenientes, las empresas de suministros médicos afirman que el coste de una mayor regulación impide a los consumidores acceder a la tecnología y los dispositivos médicos más novedosos. Eso parece sugerir que el público debe hacer la elección imposible entre tener acceso a productos seguros o a las innovaciones más recientes.
Para mejorar este problema, la FDA ha propuesto una "vía de innovación" para los dispositivos más rompedores. "Un proceso de revisión coherente y predecible estimulará la inversión aquí en el país y evitará que los puestos de trabajo se vayan al extranjero", dijo el Dr. Jeffery Shuren, de la división de dispositivos médicos de la agencia, que sería responsable de implantes de cadera como los de DePuy. Pero esta "vía" es justo el tipo de atajo que condujo a la línea de peligrosos implantes de cadera de DePuy. DePuy nunca tuvo que probar los implantes de cadera ni solicitar la aprobación de la FDA porque eran similares al modelo Ultima, que la FDA había aprobado años antes.
Aunque la regulación intensiva tiene algunos inconvenientes económicos, es importante para garantizar la seguridad médica. Y a medida que se acumulan las demandas contra DePuy, parece que la normativa también podría haber ahorrado un dineral a Johnson & Johnson.