Un artículo del blog del área de DC "Greater Greater Washington" plantea una interesante cuestión sobre si una reciente campaña de control de peatones está esencialmente "culpando a la víctima" al dirigirse a las personas equivocadas por los tipos de comportamiento equivocados. La señal (imagen de la derecha) anima a los peatones a evitar las distracciones, utilizar siempre el paso de peatones y obedecer las señales de tráfico de "caminar/no caminar". Sin embargo, los críticos de la campaña sugieren que el verdadero problema no son los peatones, sino los conductores distraídos: un grupo de personas con mucho más potencial para hacer daño que un peatón imprudente cualquiera.
Aunque el hecho de que los conductores imprudentes suponen una amenaza mayor para los peatones que viceversa es prácticamente indiscutible, eso no cambia la realidad de que a la mayoría de los peatones les convendría actuar con precaución al cruzar las calles de la ciudad. Ignorar una campaña centrada en el sentido común, el buen juicio y el cumplimiento de la ley sólo porque hay otras cosas que se consideran más importantes parece completamente absurdo.
Claro que los conductores podrían ser más precavidos. Sí, muchos accidentes de peatones ocurren a personas que cruzan la calle legalmente y son plenamente conscientes de lo que les rodea. Pero insistir en que la campaña "culpa a la víctima" implicaría que los peatones no tienen ninguna responsabilidad de mantenerse alejados del peligro.
No se trata de un argumento "o lo uno o lo otro", y los accidentes de peatones no son siempre blanco o negro. Teniendo en cuenta que casi cuatro quintas partes (79%) de los peatones fallecidos se producen en vías que no son intersecciones (enlace PDF), ¿no sigue siendo útil desincentivar el cruce imprudente?
Obviamente, no estamos abogando por que la policía tome medidas enérgicas sólo contra los peatones o sugiriendo que los peatones no son con frecuencia víctimas de automovilistas descuidados. Lo único que decimos es que dar consejos valiosos y hacer cumplir las leyes vigentes no es en absoluto una forma de culpar a la víctima. Descartar una campaña porque no se dirige a lo que uno quiere es un punto de vista estrecho y desdeñoso. Sobre todo cuando es posible que la campaña desempeñe un pequeño papel en la prevención de muertes de peatones.