El jueves, las autoridades sanitarias de California citaron a varios hospitales de California por no cumplir las normas de seguridad. Dos establecimientos de la zona de la bahía, el Marin General Hospital y el Alameda County Medical Center, fueron algunos de los que recibieron un tirón de orejas.
El Marin General fue multado con 50.000 dólares porque, tras una cesárea el pasado septiembre, su personal quirúrgico dejó una esponja dentro de una paciente. La esponja se retiró sin complicaciones y la enfermera y el técnico responsables fueron sancionados en su momento. "Lo que este caso reveló fue personal que no entendía o no estaba siguiendo los procedimientos que ya teníamos", dijo el Dr. Patrick Bennett, urólogo de Marin encargado de ayudar a mejorar la seguridad en el hospital. "Sin duda, el personal quirúrgico y administrativo no está tan centrado en la multa como en la decepción por habernos defraudado a nosotros mismos y al paciente".
En los tres años transcurridos desde que California impuso estas sanciones de seguridad, el estado ha señalado a 108 hospitales y les ha cobrado multas por un total de 4,8 millones de dólares. Otro hospital del Área de la Bahía, el Oakland Highland, fue multado el pasado octubre con 75.000 dólares por el Departamento de Salud Pública del estado cuando una enfermera administró mal un medicamento anticonvulsivo, lo que provocó la muerte del paciente.
Los errores hospitalarios, especialmente cuando conducen a errores por homicidio culposo, son trágicos e inaceptables. Esperemos que el aumento de las multas en California impulse a los hospitales de todo el estado a imponer normas de seguridad procesal más estrictas para disminuir el número de errores médicos y restablecer la fe de los ciudadanos en la sanidad pública.
Crédito de la foto: a.drian